...las puertas del infierno...


...en uno de aquellos días se levanta... es domingo y se siente cansado porque el día anterior estuvo en casa de su jefe en una comida familiar... aturdido porque ya se pasó la mitad del fin de semana sin haber descansado y lo peor, tiene otro compromiso por la tarde.... además, hay una sensación rara en el cuerpo, como que una temblorina le llega hasta esos púdicos rincones... es una sensación conocida, típica de cuando el cuerpo esta a punto de declarar la guerra a esos malnacidos invasores... acude a la cita familiar dominical... una voz en su cabeza le dice "te estás enfermando"... y como amenaza de hacienda, se cumple...

...¿odia su nariz verdad?... si la odio, esta nariz es como las puertas del infierno, toda la mugre y bichos van a caer ahí... y ya sabe usted, tarde o temprano eso le afecta a la salud... en su cabeza se vuelve a revelar esa arraigada idea de operar su nariz y ya si de plano no le soluciona su problema de vulnerabilidad infecciosa, al menos se le verá más bonita...

...primer día de batalla, no tiene ganas de ir a trabajar... perfecto... el pretexto ideal para ahora si descansar... ya ve usted que cuando un fin de semana se alarga hasta el lunes es como cuando le dan una rebanada de pastel más larga, o cuando le sirven un trozo más de flan cuando el primero se lo comió desesperadamente... ese día extra es delicioso...

...segundo día de batalla... hay que tomar acciones, esto ya me huele a holgazanería... mejor haga algo, vaya al médico... un antibiótico... claro, debe ser así, si no como se van a morir esos bichos... bueno pero sabe usted, todo tiene un precio, si usted decide tomar un antibiótico sería como echar una bomba atómica al campo de batalla, es decir, eliminará a los malos intrusos, si claro, pero también a los buenos... y eso trae problemas créame... carajo... bueno echaré la bomba atómica y los buenos bichos que mueran los declararé como "muertes colaterales", ve usted que ese término se usa mucho hoy en día... se justifica entonces... debo informar que una bomba atómica no será suficiente, tendrá que echar una cada doce horas por 7 días... oiga pero eso no solo va a acabar con los malos y buenos bichos... acabará hasta con el campo de batalla... si seguramente, pero... ¿el fin justifica los medios no?... además ya habrá formas de recuperar a las tropas perdidas y de arreglar el campo bélico... ¿quiere acabar con el mal si o no?... va...

dos semanas después... solo cenizas quedan... y de aquellos malos bichos, ni la sombra... y de los buenos... pues se han ido recuperando... pero oiga ¿y el campo de batalla? ya lo arregló... malas noticias... gastritis medicamentosa... asi se ha declarado el estado ahora... la cual, a su vez, dio paso a una colitis aguda y una pseudodepresión... me lleva... ¿y ahora?... definitivamente opérece la nariz...

2 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Recordé mi niñez. En ese entonces tambien imaginaba como un campo de batalla en accion al cuerpo intentando recuperarse.

Gerardo dijo...

Muy buena historia